
Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha buscado un estado de bienestar y tranquilidad que le ayude a superar sus temores y mejore su concentración.
La meditación budista es una de las técnicas más antiguas, que se han ido perfeccionando con el paso de los años hasta convertirla en una de las herramientas de relajación y reflexión más extendidas alrededor del mundo.
Las técnicas de meditación budista pueden variar en función de la corriente tradicional en la que se base, sobre todo si nos fijamos en Oriente.
En el mundo occidental, donde también están muy extendidas, no existe una metodología tan variada. Las formas de meditación budista más utilizadas son la tibetana y la que se apoya en las enseñanzas del Zen.
¿Qué es la meditación budista?
El término budista hasta cierto grado es testimonial cuando se habla de meditación. Sin embargo, debido a que esta práctica es posiblemente las más conocida del budismo, ya que la figura de Buda se representa casi siempre en alguna de las posturas tradicionales de meditación budista, es natural que se haya extendido este término para referirnos a las muchas formas de meditación trascendental que existen.
El objetivo de esta es alcanzar un estado de calma y conocimiento de uno mismo que ayude a tener el control en todo momento. Algunas de las técnicas desarrollan mejor determinadas características como la alegría, mientras que otras se centran en la sabiduría o el amor por ejemplo.
A través de ello se consigue escalar un nivel por encima de lo humano y alcanzar la iluminación, un estado al que solo se puede acceder a través de algún tipo de meditación.
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Lo que no es la meditación budista
Es importante aclarar también lo que la meditación budista no es, ya que sobre todo en el mundo occidental hay muchos conceptos equivocados al respecto.
La meditación budista no es quedarse sentado mirando a un punto hasta dejar la mente en blanco. Las practicas de meditación budista siempre son conscientes, de modo que en todo momento se sabe dónde se está, quién se es y cuáles son nuestros objetivos.
Algo que sería del todo imposible si la mente se quedara anulada. Es precisamente la conciencia la que ayuda a que los ejercicios de meditación budista logren su objetivo.
Si crees que por estar en una determinada posición meditación budista te va a otorgar poderes mentales, te estás equivocando. Tampoco vas a recordar episodios de una vida anterior o a ser capaz de leer la mente de otros.
Los maestros advierten que no solo es imposible, sino que meditar buscando este tipo de resultado puede ser muy perjudicial para quien lo hace.
Y no. La meditación budista tampoco es la solución a todos los problemas del mundo.
Meditación budista guiada
La meditación budista guiada es una de las técnicas más conocidas y utilizadas. Se puede encontrar en centros especializados, manuales de auto ayuda, libros que explican cuáles son las mejores técnicas de relajación y un sinfín de otros soportes.
Se trata de un conjunto de ejercicios en los que la mente y el cuerpo se concentran en avanzar hacia un mismo lugar.
Para ello se utilizan ayudas como distintos sonidos, posturas y la voz de un guía que vaya indicando en cada momento lo que se tiene que hacer y pensar.
Esta guía es muy útil para desarrollar técnicas de meditación budista para principiantes. Las palabras de un maestro tienen un gran poder, sean por escrito, escuchadas directamente mientras las dice o a través de grabaciones de audio que se preparan para dar soporte a quienes quieren disfrutar de la meditación en casa.
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¿Para que sirve la meditación budista guiada?
Hay una serie de beneficios que merece la pena destacar, tales como:
- Conseguir un mejor estado de iluminación y consciencia de uno mismo.
- Ver la vida de una manera diferente a como la vemos debido a la situación en la que nos encontramos en nuestra sociedad.
- Potenciar nuestra autoestima y confianza en que podemos lograr lo que nos proponemos.
- Tener una existencia más tranquila y relajada.
- Abandonar todos aquellos comportamientos tóxicos que no solo nos impiden avanzar a nivel personal, sino también en nuestra relación con la gente y el entorno que nos rodea.
Los libros budistas recomiendan la meditación guiada como punto de partida hacia otras técnicas más avanzadas. Se trata por tanto de la base sobre la cual debemos construir nuestro nuevo estado.
Técnicas de meditación budista
En total se enumeran unas 40 técnicas de meditación budista diferentes. Todas tienen puntos en común, aunque con distintos matices. Los ejercicios de meditación budista se pueden englobar en dos grandes grupos:
Meditación Samatha
La meditación Samatha que se centra en técnicas de calma y tranquilidad mental. Alivia la tensiones que cargan la mente de energía negativa y nos dirige hacia un estado de conciencia y emociones positivas.
Estos tipos de meditación budista se consideran los más adecuados para principiantes, antes de pasar a técnicas más avanzadas y profundas.
Al concentrar y atraer la luz interior, cargamos nuestro cuerpo y mente de energías positivas que nos preparan para realizar otros métodos de meditación budista.
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El corazón de la meditación budista Samatha es la concentración en un objeto específico. Este no tiene por qué ser tangible, sino que puede ser la forma de respirar, un mantra o alguna emoción que genere sensaciones positivas, como el amor. La llama de una vela o algo similar también sirve como objeto de concentración.
La respiración en la meditación budista ayuda a alcanzar un estado de concentración que muy pocas veces se puede conseguir en nuestra vida cotidiana. Después de una sesión, la consciencia que se logra es tal que la voluntad es más fuerte.
Meditación Vipassana
Aunque mucha gente considera la meditación budista como un estado de tranquilidad, lo cierto es que no lo es todo. La meditación Vipassana va más allá y contribuye al crecimiento y la satisfacción personal, un sentido más pleno del ser y una visión de la verdad que nos rodea.
Llegados a ese punto se eliminan defectos como la ignorancia o el deseo vano, y se potencian cualidades como la compasión o la sensación de libertad.
Los mantras meditación budista para las técnicas Vipassana son por tanto más específicos. Quienes llegan a este nivel se encuentran en un estado elevado y especial, un punto de iluminación en el que la razón es tan solo una pequeña parte de la mente, que ayuda a cambiar conductas y perspectivas personales.
Es por ello que también se denomina a la técnicas de meditación budista de este grupo como meditaciones interiores o meditación de la clarividencia.
Dentro de estas dos se reúnen todos los ejercicios de meditación budista que existen. Cabe destacar que, si bien la meditación Samatha sirve como trampolín para avanzar hacia las técnicas Vipassana, no quiere decir ni mucho menos que unas se puedan tomar más a la ligera que otras.
Ambas corrientes deben ser tratadas como lo que son: formas de conseguir una iluminación y consciencia mental que de otro modo serían imposibles.
Meditación budista tibetana
El budismo tibetano es una de las ramas en apariencia más conocidas a nivel mundial. Sin embargo, en Occidente se desconocen muchas de sus técnicas, como la meditación budista tibetana.
Hay diversas formas de meditación según las enseñanzas tibetanas, algunas de ellas mejor aceptadas por quienes se encuentran en el mundo occidental, como el Shambhala.
La Luz de Arco Iris es una de las formas de meditación budista más sencillas. Además, se puede realizar en cualquier lugar.
La posición de inicio es parecida a la que se conoce como flor de loto, aunque en lugar de cruzar las piernas, la meditación de Luz de Arco Iris se hace sentado en una silla, con los pies en el suelo.
Se inclina la barbilla hacia el pecho ligeramente y se colocan las manos una sobre otra, rozando las puntas de los pulgares y con las palmas hacia arriba.
Se puede utilizar alguna ayuda como las grabaciones de música para meditación budista. De este modo será más fácil acompasar la respiración al ritmo, atraer la mente hacia un estado de calma y alejar los pensamientos.
Según entra el aire en los pulmones y se expulsa, se van eliminando distracciones. Los problemas, las preocupaciones y otras emociones negativas se van alejando a medida que nos vemos más cerca del camino a la luz.
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Esa luz se empieza a posar en el corazón y se forman los colores del arco iris. Poco a poco aumenta hasta ocupar todo nuestro cuerpo y cualquier obstáculo que entra en contacto con la luz se disuelve como si nunca hubiera existido.
El arco iris se proyecta en todas direcciones y hacia todo lo que hay en el mundo. El resultado es un mundo feliz, en el que todo lo negativo se desintegra en cuanto toca un rayo de la luz del arco iris.
La práctica concluye recuperando la conciencia, que ahora está más limpia e irradia energía. El cuerpo se siente con fuerzas renovadas para ayudar a otros.
Estos ejercicios de meditación budista se desarrollan mejor en un entorno controlado. Aunque los maestros los recomiendan como técnicas de meditación budista para principiantes que no pueden acercarse al centro, pero que tampoco quieren dejar de lado los efectos positivos que está logrando la meditación en su vida.
Meditación budista Zen
La meditación budista zen es otra de las corrientes que han llegado a Occidente y que se han establecido con fuerza. Es algo más compleja que la anterior, sobre todo al principio, aunque con el paso del tiempo y la práctica se puede ir adaptando a lo que necesitamos en cada momento de forma más sencilla.
Lo primero que se necesita para esta técnica de meditación budista es un sitio y una postura en la que nos encontremos cómodos. Se puede empezar con sesiones cortas para aprender a controlar la respiración, y una vez logrado alargarlas un poco para ir despejando la mente.
Toma las medidas necesarias para que no haya distracciones mientras pruebas distintas posiciones de meditación budista zen. Dar con el sitio adecuado dependerá en gran medida de tu gusto personal.
Hay quienes se sienten a gusto en un espacio junto a unas velas encendidas, mientras que otras personas eligen piedras, conchas o flores colocadas en un pequeño altar.
Es probable que al principio no sea perfecto, pero poco a poco podrás ir viendo qué cosas funcionan y cuáles no a medida que avances en la meditación budista.
La posición meditación budista más habitual es sentados. De hecho la palabra Zazen, que define la meditación de este estilo, es meditación sentada. Lo que importa es que al sentarte estás cómodo y tengas la espalda recta. Si te hace falta cruzar las piernas o apoyar la espalda sobre almohadas, hazlo.
Las posiciones de meditación budista zen tradicionales son la del loto y la del medio loto. Sin embargo, se necesita una cierta flexibilidad para hacerlas, de modo que si sientes dolor cuando intentes hacerlas, siéntate de otra forma que te resulte cómoda. Forzar la postura solo te distraerá.
El medio loto se hace poniendo un pie en el muslo de la pierna contraria y metiendo esta debajo del muslo opuesto. Para la posición de loto cada uno de los pies se coloca sobre el muslo de la otra pierna.
El zen busca aliviar tensiones. Por ello, la cabeza tiene que permanecer en una posición cómoda y natural, que no cargue el cuello. Si metes la barbilla un poco hacia el pecho, podrás alinear tu cuello con la columna en una línea recta.
Relaja los músculos de la cara y empieza a respirar con un ritmo constante. Asegúrate de que no hay tensión en la mandíbula, ya que es posible que no te estés dando cuenta. Si sientes que la tienes, date un ligero masaje con los dedos para aliviar los músculos.
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La meditación budista zen se enfoca en la respiración. Haz que el aire entre y salga por la nariz. Concéntrate en el ritmo y empieza a meditar, a la vez que sigues atendiendo a la respiración, su sonido y la sensación de frío que entra cuando coger aire y de calor cuando lo expulsas.
Haz todo lo posible por ser muy consciente de la respiración. Si al principio no lo consigues, no te rindas. La meditación budista se consigue a base de practicar, así que tendrás que esforzarte por ir mejorando poco a poco.
Algunas poses de meditación budista indican que es necesario cerrar los ojos. La meditación zen da libertad en este sentido, pudiendo elegir entre tenerlos abiertos, cerradas o en un punto intermedio. Hay quienes prefieren dejarlos abiertos para concentrarse en un punto, mientras que otros los cierran e imaginan ese punto en su mente. Para saber qué es lo que mejor te viene, haz la prueba. Si no te consigues concentrar con los ojos abierto o empiezan a llorar, ciérralos. Así de sencillo.
Cuando notes que tu mente se dispersa, algo normal cuando te sientas en un lugar tranquilo, vuelve a concentrarte en la respiración, de forma suave. Una forma de hacerlo es llevar la cuenta de las veces que respiras e inspiras.
Comienza con sesiones cortas, de 2 o 3 minutos. Si las haces demasiado largas al principio, esta meditación budista no te será fácil de realizar. Según vayas mejorando y sintiendo comodidad, puedes irlas haciendo más largas.
Tipos de meditación budista
Si te atrae la idea de aprender meditación budista, técnicas como estas te servirán como punto de partida. Después puedes consultar libros de meditación budista y verás la amplia variedad de posiciones y métodos que existen.
¿Como hacer meditación budista que se ajuste a nosotros? La respuesta no es tan sencilla, ya que hay una serie de cuestiones que deberás responder.
Por ejemplo, el motivo por el que quieres ponerte a meditar. No es lo mismo explorar tu mente y buscar el autoconocimiento que vivir en armonía con los demás y hacer el bien. Tampoco lo es mejorar la concentración o aliviar el estrés. Los ejercicios y las posturas de meditación budista varían, al igual que el ritmo de la respiración, los sonidos, etc.
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En cualquier caso, lo importante es empezar. Como introducción a la meditación budista se puede empezar a pensar en qué cosas son aquellas que bloquean con más frecuencia nuestra búsqueda del objetivo.
Si es el estrés diario o el tipo de trabajo que realizamos, habrá cosas que podamos cambiar y otras que no. La aceptación de que hay cosas que está fuera de nuestro control es fundamental para empezar con la meditación budista.
Lo que se busca con cualquiera de los tipos de meditación budista es encontrar las causas que nos pueden hacer sentir insatisfechos.
Algunos maestros de meditación budista lo canalizan hacia un camino y otros se concentran en senderos diferentes, aunque la meta es la misma para todos. En este sentido podemos decir que la meditación es un viaje hacia un punto que parte desde muchos muy diferentes.